Se da cuando algunos de los padres, por enfermedad o muerte deja el hogar, es decir, no es de ciado y es inevitable.
Los efectos causados en los niños por este tipo de desintegración son diferentes a los de las otras formas; en los hijos varones de seis a nueve años de edad la muerte de su padre se le crea un aspecto negativo mayor, pero de menor intensidad comparados a los del divorcio y el abandono.
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